LOGO

IBERAMIA 2004
Noviembre 22-26
Tonantzintla - Puebla - México

Contact: iberamia2004@inaoep.mx






El Nepohualtzintzin
La Computadora Prehispánica
[ <-- English Version ]


El logo de Iberamia 2004 está basado en el Nepohualtzintzin, imágen que funciona como letra mayúscula. Los detalles de esta computadora prehispánica estan dados a continuación.


Un desarrollo científico que emerge de las raíces ancestrales Mexicanas explica la magnitud de los conocimientos que tuvieron nuestros antepasados autóctonos, y el cómo fue posible que hicieran cálculos tan exactos de la cosmogonía universal. Este desarrollo es el Nepohualtzintzin, que es una computadora prehispánica, cuya concepción engloba no sólo el cálculo matemático, sino que también interpretaciones astronómicas y de gestación. El Nepohualtzintzin es un instrumento, similar al ábaco o soroban, que sirve para hacer cálculos aritméticos y matemáticos. Cuando se conoce el manejo de estos dispositivos es posible hacer tanto operaciones básicas (suma, resta, multiplicación y división) como operaciones complejas como raíces, potencias y operaciones de calculo integral y diferencial. La principal diferencia entre estos dispositivos es que el ábaco se basa en el sistema numérico decimal (base 10) y el Nepohualtzintzin en un sistema vigesimal (base 20).

La palabra Nepohualtzintzin viene del Nahuatl y se forma de las palabras; Ne –personal-; pohual o pohualli –la cuenta-; y tzintzin –pequeños elementos semejantes. Y su significado completo se toma como; cuentas de pequeños elementos semejantes por alguien. Su uso era enseñado en el Kalmekak a los temalpouhkeh, dedicados a llevar las cuentas de los cielos, desde niños. Desgraciadamente el Nepohualtzintzin y su enseñanza estuvieron entre las víctimas de la destrucción conquistadora, al atribuirles origen diabólico después de observar sus tremendas propiedades de representación, precisión y velocidad de cálculo. El Nepohualtzintzin fue una de las víctimas culturales de la paranoia evangelizadora de la conquista. Pero ahora sabemos con certidumbre que no sólo no fue un instrumento inducido por el demonio en la mente de nuestros ancestros, sino que es una muestra palpable del gran desarrollo científico y tecnológico que ya tenían en esos tiempos la mayoría de las culturas autóctonas.

Como soporte para asegurar que el Nepohualtzintzin no fue un producto de la casualidad, se puede mencionar en primer lugar el uso del sistema vigésimal (base 20) como el sistema numérico básico. Esto se debe a que para nuestros antepasados era completamente natural el conteo de 20 en 20, ya que el uso de huaraches les permitía utilizar también los dedos de los pies para sus cálculos. De esta manera, la cuenta de 20 significaba así mismo un ser completo. Se puede mencionar además el ingenioso arreglo dado a este dispositivo, ya que cuenta con dos partes principales separadas por una barra o cuerda intermedia. En la parte izquierda se tienen cuatro cuentas, que en la primera hilera tienen valores unitarios (1, 2, 3, y 4), y del lado derecho hay tres cuentas con valores de 5, 10, y 15 respectivamente. Para conocer el valor de las cuentas respectivas de las hileras superiores, basta con multiplicar por 20 (por cada hilera), el valor de la cuenta correspondiente en la primera hilera.
Y de aquí surge la parte más sorprendente del concepto integral del Nepohualtzintzin. En total se tienen 13 hileras con 7 cuentas cada una, lo que hace 91 cuentas por cada Nepohualtzintzin. Este es un número básico para entender la estrecha relación que se tenía entre las cuentas exactas y los fenómenos de la vida. Esto es por que un Nepohualtzintzin (91) es el número de días que dura una estación del año, dos nepohualtzitzin (182) es el número de días del ciclo del maíz, desde su siembra hasta su cosecha, tres Nepohualtzintzin (273) es el numero de días de gestación de un bebe, y cuatro Nepohualtzintzin completan un ciclo y forman un año. Cabe mencionar que en el Nepohualtzintzin se pueden calcular cantidades en el rango de 10 a la 18, con punto flotante, lo que permite hacer cálculos tanto estelares como infinitesimales con absoluta precisión. Esta serie de datos nos permite inferir el alto nivel científico-matemático que lograron alcanzar nuestros antepasados para desarrollar un dispositivo de esta naturaleza, muchos años antes de la llegada de los conquistadores.

El redescubrimiento del Nepohualtzintzin se debe al maestro David Esparza Hidalgo quien en sus correrías por todo el país ha encontrado diversos grabados y pinturas de este instrumento y ha reconstruido varios hechos de oro, jade, incrustaciones de concha, etc. Se han encontrado Nepohualtzintzin muy antiguos que se atribuyen a la cultura Olmeca, e incluso algunos de pulsera de origen Maya, así como una diversidad de formas y materiales en otras culturas. Esto nos da una idea de las épocas tan tempranas en que ya se tenían los conocimientos suficientes para idear y manejar un dispositivo de tal complejidad, así como de la extensión de su uso en las actividades diarias.

Es necesario mencionar que se han escrito algunos ensayos y ponencias que resaltan la importancia que pudiera tener la enseñanza del manejo del Nepohualtzintzin en la educación infantil y en la computación. Esto se debe a que en su manejo se requiere llevar un proceso mental activo, muy diferente al de aprenderse las tablas de multiplicar de memoria, lo que estimula la capacidad tanto de cálculo, como de memoria y de abstracción. A este respecto, y como referencia, quiero destacar el ejemplo de Japón donde el uso del Soroban (ábaco) es enseñado durante seis años en las escuelas primarias, y se prohíbe el uso de calculadoras en la primaria y secundaria, a pesar de ser el mayor productor de ellas. Es sabido que el Soroban es utilizado diariamente en bancos, comercios y todo tipo de empresas donde se exige contabilidad de gran precisión, en Japón, Rusia y otros países orientales. Y hay quienes atribuyen la gran capacidad de desarrollo tecnológico de los orientales a las habilidades mentales adquiridas con la enseñanza de este tipo de herramienta mental. Como punto de reflexión, sólo quisiera hacer notar que el Soroban fue introducido al Japón por los misioneros católicos que habían aprendido su uso en China, hace aproximadamente 450 años, que es prácticamente el tiempo que nosotros tenemos de desconocer al Nepohualtzintzin.