El telescopio espacial Hubble: del sueño al espacio


Edwin Hubble realizó por lo menos dos notables descubrimientos que cambiaron nuestra percepción del Universo. El primero en 1923, cuando logró observar cierto tipo de estrellas en la nebulosa de Andrómeda y con esto demostrar que esta nebulosa es en realidad una galaxia como la Vía Láctea, un sistema de cientos de miles de millones de estrellas situado a millones de años-luz de nosotros. Esto resolvió la entonces candente cuestión de si la Vía Láctea era todo el Universo o si existen innumerables galaxias en el Universo, implicando que este en vez de medir cien mil años-luz debería de medir por lo menos decenas o centenares de millones de años-luz. El segundo descubrimiento no fue menos importante, y de hecho le valió el premio Nóbel: en 1929, Edwin Hubble descubrió que el Universo se haya en estado de expansión y, por lo tanto, tuvo un inicio. Por si fuera poco, el resto de su obra científica sería suficiente para garantizar su lugar como uno de los astrónomos mas importantes de este siglo. Con estos dos hallazgos es probable que haya sido el mas importante.

Mientras que Hubble trabajaba en el observatorio de Monte Wilson con su brillante asistente Milton Humason, un científico aleman de nombre Hermann Oberth proponía la (entonces) fantasiosa idea de un telescopio en el espacio. Mas de veinte años después, el distinguido astrónomo estadounidense Lyman Spitzer escribió un reporte titulado "Ventajas astronómicas de un observatorio extraterrestre", donde indicaba que un telescopio espacial, al no sufrir la absorción y distorsión óptica que ocasiona la atmósfera en la luz de las estrellas, tendría mejor calidad óptica que cualquier telescopio en la Tierra, podría estudiar la luz ultravioleta, que es absorbida por el ozono atmosférico y podría estudiar objetos mas débiles. Incluso Spitzer se había adelantado a su tiempo, algo que no era raro en él: en 1956 Spitzer predijó que en el espacio interestelar debería haber gas muy tenue a altísimas temperaturas. Dieciseis años después el satélite Copernicus, promovido por el propio Spitzer, "descubrió" este gas muy diluido, con temperaturas de mas de un millón de grados. Se trató de un "descubrimiento" entre comillas, ya que muy pocos recordaban la predicción original.

La era espacial llegó diez años después del reporte de Spitzer y no fue hasta mediados de los setentas, después de mucho esfuerzo de gente como Spitzer, John Bahcall y Ricardo Giacconi, que se tomó la decisión de construir el telescopio espacial. La construcción del telescopio empezó en 1978 y el plan original era lanzarlo en 1985. Se dieron algunos retrazos y, en particular por la explosión del transbordador espacial Challenger en enero de 1986, el lanzamiento se postergó por varios años. Esto permitió revisar algunas partes del diseño y la construcción del telescopio fue completada en 1989. El 25 de abril de 1990, cuatro meses después de la muerte de Hermann Oberth, el telescopio espacial Hubble fue puesto en órbita por el transbordador espacial Discovery.

En 1979 se había planeado que el telescopio sería regresado a la Tierra cada cinco años para darle mantenimiento, y que además habría una misión de mantenimiento en el espacio en medio de dos regresos. Posteriormente, en 1985, viendo las complicaciones y riesgos que involucraba regresar el instrumento a la Tierra y volver a lanzarlo, se decidió que habría una misión de mantenimiento en el espacio cada tres años, quedando la primera de ellas programada para diciembre de 1993. Cuando al poco tiempo de haber sido lanzado, se descubrió que el Hubble padecía de una aberración óptica debida a un error de construcción, los responsables empezaron a contar los días para esta primera misión de mantenimiento, con la esperanza de que pudiera corregirse el error en la óptica. El desastre consistió en que el espejo primario resultó ser dos milésimas de milímetro demasiado plano en su borde. Sin embargo, esto fue suficiente para que entre 1990 y 1993, la única ventaja clara del Hubble sobre los telescopios terrestres (cualquiera de ellos diez o veinte veces mas barato) era el poder observar luz ultravioleta. Pero a partir de que en esa primera misión de mantenimiento se instaló un sistema para corregir la óptica del telescopio, sacrificando para ello un instrumento (el fotómetro rápido), el Hubble ha demostrado ser un instrumento sin paralelo, capaz de realizar observaciones que repercuten continuamente en nuestras ideas acerca del Universo. Finalmente, 47 años después del reporte de Spitzer, se cumplió la promesa de un telescopio capaz de observar con un detalle sin precedente los constituyentes y confines del Universo. Spitzer falleció el 31 de marzo de este año, seguramente con la satisfacción de haber visto muchos de los descubrimientos del telescopio espacial Hubble.


Esperanza Carrasco Licea & Alberto Carramiñana Alonso
Diario Síntesis, 2 de septiembre de 1997

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