La Vía Láctea, nuestra galaxia


La mayoría de nosotros vivimos en grandes ciudades cuya iluminación nos impide ver las estrellas como podían hacerlo nuestros antepasados. Así, en una noche clara en la ciudad de Puebla solo vemos una pequeña fracción de las 5000 estrellas visibles a simple vista en un lugar remoto, donde el fondo oscuro del cielo permite a las estrellas débiles resaltar mas fácilmente.

Entre los objetos que la ciudad ha robado a la noche destaca la Vía Láctea. Quienes hayan pasado una noche oscura en algún lugar alejado de fuentes articiales de luz (por ejemplo durante un día de campo) probablemente habrán visto una franja brillante, tan ancha como la Luna, extendiéndose de lado a lado en el cielo. De hecho esta franja se extiende mas allá del cielo que podemos observar en un lugar dado. Los habitantes del hemisferio norte podemos ver poco mas de la mitad de la bóveda celeste, pero la parte mas al sur del cielo nos es invisible. Para poder ver estrellas como alfa centauri (la mas cercana al Sol), o las nubes de Magallanes, es necesario viajar muy al sur, como por ejemplo a Argentina, Australia o Africa del Sur. De hecho, desde estos lugares la Vía Láctea luce mas espectacular que desde el hemisferio norte.

Qué es la Vía Láctea? Hasta antes del siglo XVII poca gente buscó respuesta a esta pregunta. Era creencia de la época que no había nada oculto en los cielos y por tanto no había que buscar una explicación a la naturaleza de los astros o de la Vía Láctea. Galileo rompió con estas ideas al ser el primero en escudriñar el cielo con un telescopio y descubrir objetos ocultos, como las lunas de Júpiter, y fenómenos inesperados como las fases de Venus. Al apuntar su pequeño telescopio a la Vía Láctea descubrió que en esta franja de luz difusa hay un número muy grande de estrellas que no podemos ver a simple vista. De hecho esta franja corresponde a la zona donde estas estrellas son mas abundantes. Galileo rápidamente llegó a la conclusión de que la Vía Láctea está formada por una multitud de estrellas que individualmente son invisibles al ojo humano pero que al ser tan númerosas la luz de todas ellas forma esta franja difusa.

Hoy en día sabemos que la Vía Láctea es una galaxia, una agrupación enorme de alrededor de 100 mil millones de estrellas. Todas las estrellas que podemos ver están en nuestra galaxia. Aquellas que vemos lejos del plano de la Vía Láctea están en realidad cerca de nosotros (donde cerca significa decenas en vez de miles de años luz) dentro de la Galaxia pero justo por encima o por debajo de nuestra posición en el plano galáctico. El centro de la Galaxia está en la constelación de Sagitario, difícilmente visible desde Europa o el norte de Estados Unidos. Algunos astrónomos creen que tal vez exista un hoyo negro con una masa un millón de veces mayor que la del Sol, pero de momento no existe evidencia sólida al respecto.

A principios de siglo se creía que todo el Universo estaba contenido en nuestra galaxia. Sin embargo, al estudiar los distintos tipos de nebulosas que hay en el cielo, surgió la duda sobre la naturaleza de la nebulosa de Andrómeda y de las Nubes de Magallanes. La pregunta era si éstas son nubes de gas y polvo, como lo son las nebulosas de Orión y del Cangrejo, o si se trataban de conjuntos de estrellas no visibles individualmente, similares a la Vía Láctea, pero mucho mas lejanos. En 1917 el mismo Shapley encontró que la distancia a las Nubes de Magallanes es de 150,000 años luz (el valor aceptado hoy en día es de 170,000 años luz) y que por tanto o debían estar fuera de nuestra galaxia o la Vía Láctea era mas grande de lo que se creía. Esta cuestión dió lugar a una fuerte discusión dentro de la comunidad astronómica de aquel entonces, que culminó con el debate entre Shapley y Curtis. El estudio de un tipo particular de estrellas, las variables Cefeidas, resolvió la controversia al demostrar que Andrómeda está definitivamente fuera de nuestra galaxia (su distancia es de 2.2 millones de años luz) y que se trata de otra galaxia.

Andrómeda y las Nubes de Magallanes son los únicos objetos visibles a simple vista que se encuentran fuera de nuestra galaxia. El estudio detallado del cielo con los telescopios han revelado la existencia de miles de millones de galaxias, cada una con decenas o centenares de miles de millones de estrellas. Sin embargo existe una diferencia fundamental entre ellas y la Vía Láctea. Al estudiarlas las vemos como ciudades desde un avión, mientras que de nuestra galaxia sólo podemos ver las casa del barrio en que vivimos.


Esperanza Carrasco Licea & Alberto Carramiñana Alonso
Diario Síntesis, 23 de enero de 1996