Marte, un vecino seco y helado


De todos los planetas conocidos, Marte es frecuentemente considerado el mas similar a la Tierra: ambos tienen montañas, desiertos, casquetes polares y cañones. Los dos planetas tienen las cuatro estaciones bien marcadas. El tiempo que tarda en dar una vuelta alrededo de su eje (es decir un "día" marciano) dura un poco mas de 24 horas y media. Si bien Marte mide la mitad que la Tierra, después de Venus es el planeta con dimensiones mas parecidas a las de nuestro planeta. Estas similitudes y las supuestas observaciones de canales en su superficie, dieron lugar a que hasta principios de este siglo se consideró que Marte podría tambien podría tener vida inteligente. Hasta donde hoy en día sabemos, Marte no tiene ni siquiera vida microscópica, a pesar de que la temperatura en su superficie es la mas similar a la terrestre, llegando a exceder los 0 grados centígrados durante el verano marciano.

La (presunta) ausencia de vida en Marte se relaciona con la falta de agua en estado líquido, un aspecto fundamental para que exista vida en la Tierra. Otro punto importante es lo tenue de la atmósfera marciana que tiene una presión de tan solo 1% de la presión atmosférica terrestre. Sin embargo, estudios realizados en los últimos 30 años, en particular por el gran número de misiones espaciales a Marte, indican que el planeta rojo probablemente tuvo en el pasado una atmósfera tan densa como la nuestra. Mas aún, imágenes tomadas por la sonda Mariner 9 en 1972 muestran lo que parecen ser lechos de antiguos rios, indicando que en el pasado existió agua en cantidades apreciables. Al parecer, hace cientos o miles de millones de años Marte tenia condiciones similares a las de la Tierra y no es descabellado especular si en aquel entonces ambos planetas tenian vida.

Sin embargo Marte perdió la mayor parte de su atmósfera. Porqué? Una pista es la presencia de dióxido de carbono, el gas del efecto invernadero, que constituye el 95% de la atmósfera marciana. Una de las hipótesis mas aceptadas es que en el pasado, cuando la atmósfera era mas densa, existía un efecto invernadero que daba lugar a temperaturas mayores que las que tiene Marte en la actualidad. Sin embargo, la mayor parte del dióxido de carbono de la atmósfera fué absorbido por las rocas, lo que provocó que la atmósfera se adelgace, se enfríe y que el agua quede atrapada en los casquetes polares. Este proceso es en cierta forma el inverso de lo que creemos que sucedió en Venus donde la mayor temperatura hizo que el dióxido de carbono pasara al estado gaseoso, provocando una atmósfera mas densa la cual retiene mejor el calor. El mayor calentamiento hace que salga mas gas a la atmosféra lo que da un mayor calentamiento. En Marte las bajas temperaturas probablemente provocaron que el gas se perdiera, adelgazando la atmósfera y dando lugar a temperaturas aún mas bajas.

De ser este el caso, la Tierra tiene las condiciones justas para que no se de ni el adelgazamiento de la atmósfera ni un aumento en su grosor. En pocas palabras, Venus está demasiado cerca del Sol, Marte demasiado lejos y la Tierra justo en el lugar adecuado. Pero hay un aspecto que es preocupante: la actividad humana puede provocar dos tipos de desastres. Por un lado, si la temperatura en la Tierra subiera, a consecuencia del efecto invernadero, tal vez podría suceder lo que en Venus: que nuestra atmósfera se volviera cada vez mas gruesa y cada vez mas caliente. Por otro lado, la tala de bosques hace que la Tierra refleje una mayor cantidad de energía solar al espacio y, por lo tanto, tiende a que baje la temperatura. Si la temperatura en la Tierra empezara a bajar, podría llegar al punto de aumentar la cantidad de hielo en su superficie y con ello aumentaría aun mas la cantidad de energía solar reflejada. Al caer en un círculo vicioso de este tipo la temperatura caería considerablemente dando lugar a una catástrofe. Un lección que podemos aprender de nuestros vecinos, Venus y Marte, es que debemos cuidar nuestra atmósfera para evitar cualquiera de las dos posibles catástrofes: el infierno venusino o el desierto seco y helado de Marte.


Esperanza Carrasco Licea & Alberto Carramiñana Alonso
Diario Síntesis, 30 de Julio de 1996