El catálogo de Messier


En el siglo X el astrónomo árabe al-Sufi's se dió a la tarea de buscar los límites entre constelaciones, trabajo que publicó en su libro de la estrellas fijas. En su lista de estrellas aparece un objeto de aspecto nebuloso en la región que conocemos como Andrómeda. Aun cuando antes de la invención del telescopio ya se conocian algunas nebulosas, estas no fueron de interés para los astrónomos hasta mediados del siglo XVII, cuando el suizo Jean-Philippe Loys de Cheseaux hizo una lista de una veintena de objetos alrededor de 1745, de los cuales cerca de la mitad no habian sido reportados anteriormente.

Charles Messier, asistente de observación del Observatorio Marino del hotel de Cluny de Paris, fué uno de los buscadores de cometas mas famosos de la segunda mitad del siglo XVIII. Tuvo mas de una docena de cometas con su nombre, y se dice que el tener que acompañar a su esposa en su lecho de muerte le costó otro cometa mas, muy a su pesar. En sus nocturnas cacerias por los cielos, Messier frecuentemente observó objetos con aspecto nebuloso que facilmente eran confundidos con cometas. Hacia falta varias noches de observaciones para distinguir estas nebulosas de los cometas, que a diferencia de estas se meuven con respecto a las estrellas fijas. Con el fin de facilitar la búsqueda de cometas Messier decidió hacer un catálogo de nebulosas. Para 1780 Messier había recopilado una lista de centenar de nebulosas. Posteriormente Messier haria algunas revisiones de su catálogo, incluyendo objetos nuevos y descartando observaciones espurias, hasta llegar al último catálogo que publicó con 101 objetos.

En aquel entonces, William Herschel disfrutaba ya de enorme fama: en 1781 se había convertido en el primer hombre en descubrir un planeta (Urano), motivo por el cual disfrutaba de una pensión real. El rey de Inglaterra financió su telescopio de 40 pies de largo con un espejo de mas de un metro de diámetro. Alrededor de 1783 Herschel obtuvo una copia del catálogo de Messier, el cual despertó su interés por las nebulosas. En ese momento Sir William Herschel emprendió una programa de estudio de 20 años de duración en el que descubrió mas de 2000 nebulosas. Messier, quién mantuvo sus prioridades, llegó a decir que este trabajo no simplificaba el la búsqueda de cometas, sin saber el enorme impacto que tendría el trabajo de Herschel en las decadas que siguieron.

Tal vez la enorme popularidad del catálogo de Messier, en particular entre los astrónomos aficionados, tiene que ver con su tamaño. Cien objetos no son demasiados como para abrumar a un entusiasta, y al mismo tiempo son suficientes para darnos un panorama bastante completo acerca de la vida de las estrellas y el Universo. El catálogo de Messier incluye principalmente regiones de formación de estrellas, nebulosas de reflección iluminadas por estrellas muy brillantes que acaban de formarse, cúmulos de estrellas recién nacidas, nebulosas planetarias arrojadas por estrellas similares al Sol, restos de supernovas, cúmulos globulares que son agrupaciones muy viejas de estrellas, galaxias espirales, galaxias elípticas e irregulares.

El estudio de estos objetos en los últimos dos siglos, y en particularmente en los últimos 50 años, ha sido fundamental para llegar a comprender como se forman las estrellas y como está constituido el Universo. Es por demás irónico que el catálogo de Messier, originalmente creado con el propósito de descartar estos estorbosos objetos que entorpecian la búsqueda de cometas, nos haya abierto el camino hacia una mayor comprensión de las estrellas, las galaxias y el Universo en general.


Esperanza Carrasco Licea & Alberto Carramiñana Alonso
Diario Síntesis, 15 de Octubre de 1996