La nueva generación de grandes telescopios


Durante la primera mitad de este siglo George Ellery Hale dió un formidable impulso al desarrollo de grandes telescopios: en 1908 logró la instalación de un telescopio con un espejo de un metro y medio de diámetro en Mount Wilson, el telescopio mas grande del mundo en su momento. En menos de una década Hale instaló en el mismo lugar un nuevo telescopio, de dos y medio metros de diámetro, el cual contó con algunas innovaciones de diseño presentes en telescopios modernos. A pesar de que este instrumento, el mas grande del mundo por treinta años, revolucionó nuestras ideas acerca del Universo, Hale siguió pensando en telescopios de mayores dimensiones y promovió el desarrollo de un telescopio con un espejo de cinco metros de diámetro. Hale no vivió lo suficiente para ver su sueño convertido en realidad, pero como tributo el telescopio inaugurado en 1948 en Monte Palomar fue bautizado con su nombre. Durante varias décadas se pensó que se había alcanzado el límite y no sería posible construir espejos de mayores dimensiones. La excepción que pareció confirmar la regla fue la difícil construcción del telescopio de seis metros de la Unión Soviética. Pensado mas que nada para superar en dimensiones al telescopio estadounidense de cinco metros, la construcción de este instrumento tardó unos veinte años, y requirió mas de un intento para obtener el espejo de tamaño deseado sin que este se rompiera. A pesar de ser el mayor del mundo, el telescopio soviético no superó el desempeño del cinco metros de Monte Palomar. La tecnología empleada en la construcción de telescopios parecía haber alcanzado su límite y los nuevos telescopios de los siguientes veinticinco años no superaron los 4.2 metros de diámetro. El esfuerzo se concentró mas en estudiar mejores sitios astronómicos, desarrollar mejores instrumentos, y tener telescopios de mejores cualidades ópticas en edificios con mejores características térmicas.

Avances tecnológicos de las últimas dos décadas permiten hoy en día la construcción de espejos de diámetros superiores a seis metros, relativamente delgados y ligeros, que pueden ser montados en estructuras de un tamaño menor que la del telescopio de cinco metros del Monte Palomar. Con estos avances resurgió el sueño de los telescopios gigantes y, durante la década de los ochentas, comenzaron varios proyectos que están en proceso de culminar:

Existen además varios proyectos de telescopios de ocho metros: el telescopio japones Subaru, en construcción en Mauna Kea, Hawaii; el proyecto Geminis, que contempla construir dos telescopios de ocho metros idénticos, uno habrá de instalarse en el hemisferio Norte y el otro en el hemisferio Sur; el proyecto Magellanes, habrá de instalarse en Chile. Estos serán los grandes telescopios de principios del siglo XXI, herederos del sueño que alguna vez promovió en un esfuerzo casi solitario George Hale.


Esperanza Carrasco Licea & Alberto Carramiñana Alonso
Diario Síntesis, 23 de junio de 1998

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