El origen de la Luna


La Luna, el cuerpo celeste que mas facilmente podemos ver, es un satélite muy particular: mientras que los planetas son por lo menos varios miles de veces mas masivos que sus satélites, la Tierra es ochenta veces mas masiva que la Luna (*). Además de ser un satélite anómalamente grande, la Luna gira alrededor de nuestro planeta en una órbita bastante inclinada con respecto a nuestro ecuador, además de tener marcadas diferencias en su composición química y constitución física.

Hasta hace unos quince años había tres teorías propuestas para explicar el origen de la Luna, ninguna de ellas plenamente aceptada o rechazada:

La información recabada por la misiones Apollo entre 1969 y 1972 dió lugar a la confrontación de estas teorías y posteriormente a la propuesta de revisarlas en un foro internacional. En 1984 se llevó a cabo la conferencia ``Origins of the Moon'' en la isla de Kona, Hawaii, donde surgió un modelo alternativo que propone la formación de la Luna a través de la colisión de un objeto de dimensiones comparables a las de Marte con la Tierra recién formada. El impacto habría arrancando suficiente material a nuestro planeta para que de ahí se forme la Luna, quedando esta girando alrededor de la Tierra. Esta teoría ganó gran aceptación durante dicha conferencia y ha sido la mas aceptada desde entonces.

En septiembre del año pasado un grupo de tres investigadores, encabezados por Shigeru Ida del instituto de tecnología de Tokyo, estudiaron mediante simulaciones con computadora el proceso de formación de la Luna a partir de los fragmentos arrancados a la Tierra por esta colisión. De sus estudios concluyen que se requiere arrancar de la Tierra mas material del que se creía, y que éste debe ser lanzado mas lejos de lo supuesto anteriormente. La implicación de este estudio es que el objeto que chocó con la Tierra debió tener una masa mas de dos veces mayor que la de Marte (lo que viene siendo la cuarta parte de la masa de la Tierra). Esto plantea nuevos problemas, ya que este impacto debió poner a la Luna mas lejos de donde está. Por otro lado, los estudios de la formación de la Tierra indican que, mientras que la colisión con un objeto con la masa de Marte es de esperarse, el impacto con un objeto mas de dos veces mas grande es poco probable. Por tanto, aunque es probable sea común que existan planetas similares a la Tierra alrededor de otras estrellas, en raras ocasiones se habrán dado las condiciones para que estos adquieran una satélite como la Luna. Si esto es cierto, y si la vida inteligente es común en el Universo, por lo menos somos privilegiados de contar con un satélite tan brillante y vistoso como la Luna.


* la segunda excepción es Caronte, la luna de PLutón.

Esperanza Carrasco Licea & Alberto Carramiñana Alonso
Diario Síntesis, 20 de enero de 1998

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