Arcadio Poveda, 40 años de labor científica en México


Durante mucho tiempo la labor principal de los astrónomos era la de seguir el movimiento de las estrellas con el fin de llevar adecuadamente el transcurrir del tiempo. Antes de la aparición de los relojes atómicos, la hora quedaba definida por el momento en que alguna estrella alcanzaba su mayor elevación, cruzando en ese instante el meridiano del lugar. Para este efecto se empleaban telescopios llamados círculos meridianos, que solo apuntaban a lo largo del meridiano. Esa fué la función del observatorio de Tacubaya desde las épocas de Porfidio Diaz hasta la década de los cuarentas.

En Febrero de 1942 fué inaugurado el Observatorio Astrofísico de Tonantzintla, fruto de la labor de promoción por parte de Luis Enrique Erro, quién se convirtió en su primer director. Los astrónomos méxicanos de la época lo eran mas por vocación que por formación: tanto Erro como Guillermo Haro habián estudiado leyes. En esa misma década llegó a México Paris Pishmish, astrónoma de origen armenio quién se convertiría en la maestra de varias generaciones de astrónomos mexicanos a lo largo de medio siglo.

En 1949 un estudiante de la UNAM llamado Arcadio Poveda llegó al Observatorio de Tacubaya con el deseo de estudiar astronomía. El joven yucateco demostró ser muy talentoso y un par de años después fué a la prestigiosa universidad de Berkeley, California, a estudiar astronomía con algunos de los especialistas mas famosos de la época, como Otto Struve. Realizó ahí su tésis doctoral y en 1956 regresó a México, convirtiendose en el primer astrónomo mexicano con una formación científica formal.

A su regreso Arcadio Poveda empezó a realizar investigación de primer nivel, trabajando prácticamente solo en el estudio de las galaxias elípticas. Realizó varios descubrimientos que no fueron apreciados mas allá de nuestras fronteras hasta que muchos años después astrónomos del "primer mundo" llegaron a los mismos resultados. Posteriormente estudió las "estrellas desbocadas", astros que por su rápido movimiento están en vias de abandonar nuestra galaxia. La investigación de mayor impacto fué la predicción, en 1965, de la existencia de discos de gas y polvo alrededor de estrellas aun en proceso de formación. Estos discos, restos de la nube de la cual se formó dicha estrella, pueden dar lugar también a la formación de planetas. En el siguiente par de años Eugenio Mendoza obtendría en Tonantzintla la primera evidencia de la existencia de estos discos, marcando así uno de los momentos mas importantes de la astronomía méxicana del siglo XX, junto con el descubrimiento de los objetos Herbig-Haro. No es exageración afirmar que Arcadio Poveda fué quien dió el primer paso entre la astronomía y la astrofísica en México.

En 1968 Arcadio Poveda sucedió a Guillermo Haro como director del Instituto de Astronomía de la UNAM, puesto que ocupó durante doce años. Durante su gestión se creó el Observatorio Astronómico Nacional de San Pedro Mártir, Baja California, inaugurado en 1976 y a la fecha el mas importante en México. Este observatorio dió nuevos ímpetus a la astronomía observacional en México, mermada por el crecimiento de la ciudad de Puebla cerca del Observatorio de Tonantzintla. Posteriormente fué Coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, donde se realizaba una parte considerable de la investigación en México. En 1989 ingresó al Colegio Nacional, una de las máximas distinciones que puede recibir un científico en nuestro país. Es Presidente de la Junta de Gobierno de la UNAM, encargada en estos días de elegir a su nuevo rector.

La labor de Arcadio Poveda ha tenido enorme repercusión para el desarrollo tanto de la astronomía como de la ciencia en general en nuestro país. Además de realizar investigación de primera línea, formó astrónomos y científicos en áreas afines, como la óptica, promovió la instrumentación astronómica e impulsó la creación de centros de investigación científica. A la fecha Arcadio Poveda no ha dejado la investigación, y sus recientes estudios sobre estrellas dobles bien nos podrían brindar nuevas sorpresas.


Esperanza Carrasco Licea & Alberto Carramiñana Alonso
Diario Síntesis, 19 de Noviembre de 1996