Las ondas de radio: una ventana al Universo


Nuestra percepción de todo lo que existe y sucede a nuestro alrededor está basada en los cinco sentidos: la vista, el olfato, el oido, el paladar y el tacto. De estos, solo la vista nos permite tener contacto con el Universo mas allá de la Tierra y su atmósfera. Es a través de ella que percibimos el Sol, la Luna, los planetas y las estrellas (tal vez pueda incluirse el tacto en el caso del calor del Sol). Sin embargo, nuestra vista es limitada y hemos recurrido a poderosos telescopios para escudriñar con mucho mayor detalle los cielos: los telescopios mas potentes de nuestro país, los de 2.12 metros situados en Baja California y en Sonora, ven objetos varios millones de veces mas débiles de lo que nuestra vista alcanza. Podemos afirmar que los telescopios no son otra cosa que una extensión de nuestra vista: los ojos de los astrónomos.

Nuestra vista no está limitada solo en la cantidad de luz que podemos alcanzar a percibir: también estamos limitados en el tipo de luz que podemos ver. O dicho de otra manera, existe mas luz de la que nuestros ojos nos muestran. Y mientras que podemos ver distintos colores como el rojo, el amarillo, el azul y el violeta, existen "colores" que no podemos ver. La luz infrarroja escapa a nuestros sentidos pero no a películas fotográficas especiales. Tambien existe la luz ultravioleta que quema nuestra piel. Esta misma luz puede poner en peligro nuestra vista durante los eclipses de Sol: muy cerca de la totalidad, cuando casi todo el Sol ha sido ocultado por la Luna, su brillo es suficientemente bajo para que lo podamos mirar directamente. Sin embargo, su brillo en luz ultravioleta, invisible para nosotros, es aun peligrosamente alto y nuestros ojos pueden ser literalmente cocidos por el Sol.

En 1865 el físico escocés James Clerk Maxwell estableció cuatro ecuaciones que gobiernan el comportamiento de los fenómenos electromagnéticos, siendo uno de estos la luz. Una consecuencia de esta teoría era la de poder emitir y recibir energía en forma de ondas electromagnéticas empleando antenas. Pasaron 23 años antes de que Heinrich Hertz lograra producir estas ondas, que hoy conocemos como ondas de radio. Experimentos realizados a finales del siglo pasado demostraron que las ondas de radio son efectivamente una manifestación del mismo tipo de fenómeno que es la luz. Es decir que las ondas de radio se comportan como la luz al tener las mismas cualidades que estudia la óptica: las ondas de radio tienen polarización, pueden ser reflejadas, refractadas, crear interferencia, etcétera. Cien años después de su descubrimiento las ondas de radio forman parte esencial de nuestra sociedad.

Al igual que podemos distinguir distintos tipos de luz, los colores, existen distintos tipos de ondas de radio. Las distintas clases de ondas de radio se caracterizan por su frecuencia, medida en hertz. La banda AM, o de onda media, cubre frecuencias de entre 540 y 1600 kilohertz (donde 1 kilohertz son mil hertz); la banda FM va entre los 88 y los 106 megahertz (es decir millones de hertz). La televisión es transmitida de hecho por ondas de radio de muy alta frecuencia, comunmente por encima de los 300 megahertz. Los teléfonos celulares utilizan frecuencias aun mayores. Nuestro entorno está lleno de ondas electromagnéticas de muy variadas frecuencias.

Las antenas receptoras de radio, como las parabólicas que abundan en los tejados, son por tanto extensiones de nuestro sentido de la vista: nos permiten percibir un tipo distinto de luz. Y así como el telescopio, la extensión mas obvia de nuestra visión nos ha permitido descubrir galaxias, nebulosas y una gran variedad de objetos insospechados, los radiotelescopios han abierto otra ventana al Universo.


Esperanza Carrasco Licea & Alberto Carramiñana Alonso
Diario Síntesis, 25 de Junio de 1996