Schwarzschild y Spitzer: dos luminarias que han dejado de brillar


En días recientes fallecieron dos de los astrónomos mas sobresalientes de este siglo: el 31 de marzo falleció Lyman Spitzer y nueve diías después Martin Schwarzschild. Ambos desarrollaron parte de sus carreras en las universidades estadounidenses de Harvard y Princeton, donde hicieron buena parte de sus contribuciones a la astrofísica contemporánea.

Lyman Spitzer nació el 26 de junio de 1914. A los treinta y tres años ya había sido investigador en las universidades de Harvard y Yale, trabajó durante la segunda guerra mundial en la universidad de Columbia, e ingresó al plantel de la universidad de Princeton, en la cual realizó por la misma época sus últimas investigaciones Albert Einstein. Spitzer trabajó en varias áreas de astrofísica teórica, como son la formación de líneas en los espectros de los objetos celestes y el movimiento y la formación de las estrellas, entre otras. Su trabajo mas importante fué acerca del medio interestelar, el gas que se halla entre las estrellas y del cual éstas nacen. Ademas de anticipar la existencia de las llamadas nubes moleculares, Lyman Spitzer predijo en 1956 la existencia en el medio interestelar de un gas muy tenue pero muy caliente, con temperaturas de un millón de grados centígrados. Tal gas fue descubierto 17 años mas tarde con la llegada de observatorios espaciales. Fue Spitzer, mas que ningún otro astrónomo, quién hizo notar las distantas facetas que puede tomar el gas que se halla entre las estrellas. En 1958 estudiando grupos de estrellas en nuestra galaxia, dedujo un mecanismo por el cual estos pierden estrellas y con el tiempo se deshacen. Fue también un líder en el desarrollo de observatorios espaciales, en particular del telescopio espacial Copernicus, diseñado para estudiar la luz ultravioleta que nuestra atmósfera absorbe. Mas recientemente apoyó el desarrollo del telescopio espacial Hubble, probablemente el observatorio espacial mas exitoso que haya habido.

Martin Schwarzschild nació el 31 de mayo de 1912 en Alemania. Se podría decir que su primer mérito fue ser hijo del brillantísimo físico y astrofísico Karl Schwarzschild, quién sospechó que el universo podría tener una geometría distinta a la euclidiana y en 1916 dió la primera solución exacta a las ecuaciones de la relatividad de Einstein, formuladas tan solo un año antes. Desafortunadamente Karl falleció antes de que su hijo Martin cumpliera cuatro años de edad. Martin Schwarzschild obtuvo su doctorado en la universidad de Gö;ttingen y en 1936, época en que el nazismo cobraba fuerza, emigró a Noruega y posteriormente a los Estados Unidos. En 1947 se unió a la universidad de Princeton, al mismo tiempo que Spitzer. Junto con Spitzer predijo la existencia de las hoy llamadas nubes moleculares gigantes, muchos años antes de que fueran descubiertas. Estas son nubes miles de veces mas grandes que nuestro sistema solar, formadas de gas muy frío, a temperaturas de -260 grados centígrados, donde se dan condiciones adecuadas para la formación de moléculas, como la del agua y la del dióxido de carbono. Su trabajo acerca de la estructura de las estrellas permitió comprender mejor fenómenos como las pulsaciones que presentan algunas estrellas, la vida de las estrellas una vez que ya no pueden usar el hidrógeno como combustible, y la edad de los cúmulos de estrellas. En los años cincuentas escribió un libro sobre la estructura y la evolución de las estrellas, que a la fecha sigue siendo una referencia importante, a pesar de los avances que ha tenido este campo de estudio. En los cincuentas y sesentas fue líder de varios proyectos de observación astronómica con globos aereostáticos, con los cuales eventualemente se obtendrían imágenes de muy alta calidad de los granos y manchas en la superficie del Sol, así como importantes estudios de planetas y estrellas gigantes. Retirado de la universidad de Princeton desde hace muchos años, Martin Schwarzschild era el habitante mas popular de una casa de ancianos en Estados Unidos, desde la cual, a los 84 años de edad, continuaba ligado a la investigación de frontera intercambiando faxes con astrónomos prominentes de varios partes del mundo, incluídos astrónomos mexicanos.


Escríbenos a bec@inaoep.mx

Esperanza Carrasco Licea & Alberto Carramiñana Alonso
Diario Síntesis, 22 de abril de 1997