Calendarios y la llegada del siglo XXI


La llegada de 1999 marca la inminente llegada del año 2000. Por todos lados oimos también que empezarán el siglo XXI y el tercer milenio. Y al respecto creemos necesario aclarar un hecho que tanto el siglo XXI y el tercer milenio no empiezan con el año 2000, sino hasta el 1 de enero de 2001. Peor aun: ¡los dos mil años del nacimiento de Jesucristo probablemente ya pasaron!

Los calendarios son un sistema de contabilizar los días para todo tipo de usos, como civiles, religiosos, científicos e históricos. La palabra calendario se deriva del Latín "calendarium", término que equivale a "libro de cuentas" y que a su vez proviene de "calendae", el primer día de cada mes romano. Un calendario anual que avance al mismo ritmo que las estaciones requiere de un buen conocimiento del movimiento del Sol con respecto a las estrellas. Los egipcios ya contaban con un calendario para uso civil hace mas de cuatro o cinco mil años.

En el año 45 antes de Cristo (o el año 708 de Roma) Julio César introdujo el calendario juliano de 365.25 días. Para eliminar confusiones se omitió cualquier relación con el movimiento lunar y se abolieron los meses intercalados que existían hasta entonces. Para tomar en cuenta la fracción de día que hay en el año, se intercaló un día extra cada cuatro años, entre el 23 y 24 de febrero. El 23 de febrero correspondía a seis días antes de la "calendae" de marzo y se denominaba "sexto-calendae". El día extra que se añadía era el día "bis-sexto-calendae", de donde proviene el término moderno de día bisiesto. El año del calendario juliano viene siendo 11 minutos mas largo que el año solar (o año trópico) y para finales del siglo XV la diferencia acumulada era de mas de una semana. El equinoccio de primavera caía el 11 de marzo en vez del 21 de marzo y la iglesia enfrentaba creciente confusión para determinar fechas como la de la Semana Santa. En 1475 el Papa Sixto IV invitó al afamado astrónomo Regiomontanus a Roma para estudiar el asunto. Desafortunadamente Regiomontanus falleció al año siguiente y el problema quedó abierto. Eventualmente como resultado del Concilio de Trento (1545-63) se encomendó al Papa hacer las reformas necesarias al calendario y finalmente en 1582 el Papa Gregorio XIII literalmente descontó diez días de ese año para que el equinoccio de primavera coincidiera con el 21 de marzo e introdujo los llamados "años seculares" dando origen al calendario gregoriano. Este calendario, el cual empleamos en la actualidad, tiene un error de aproximadamente un día cada 3000 años.

Así como cada mes empieza con el día 1 (día primero), la cuenta de los años, siglos y milenios empieza también con el 1 o "primero". Así el primer año fué el año 1 y el primer siglo el siglo I, lo cual explica el porqué 1950 está en el siglo veinte y no en el siglo diecinueve como sugerirían los primeros dos dígitos. El primer siglo abarcó del principio del año 1 al final del año 100, empezando el segundo siglo (ó siglo II) el primero de enero del año 101. Si uno sigue la cuenta, el siglo VI empezó el 1 de enero de 501, el segundo milenio y el siglo XI empezaron el 1 de enero de 1001 y el tercer milenio y el siglo XXI empezaran el 1 de enero de 2001. El punto importante es que el calendario empieza con el año uno y no con el año cero (de hecho los romanos no conocían el número cero).

Para ahondar en la confusión, no conocemos la fecha exacta del nacimiento de Jesucristo. Fue en el año 525 cuando el monje romano Dionisio Exigus diseñó el calendario "anno Domini" cuya cuenta comienza con el nacimiento de Jesucristo. Dionisio omitió los cuatro años del reinado de Octaviano, hijastro de Julio César, fijando el nacimiento de Cristo en el año 749 de Roma, en vez de 753. Hay un amplio concenso entre los expertos en esta cuestión al punto que el simposio "Jesús 2000" fue celebrado en el año de 1996. ¡Estrictamente hablando el siglo XXI debería haber empezado el 1 de enero de 1997! Aunque por supuesto, no sabemos que día del año corresponde al nacimiento de Jesucristo. El día 1 de enero corresponde al inicio del calendario romano desde el año 153 antes de Cristo.

Que el siglo XXI (y el tercer milenio) no empiecen hasta el 2001 no debería ser motivo para no celebrar la llegada del 2000. ¡Mas aun! Puede usted prepararse para celebrar tan ruidosamente como quiera tanto el 1 de enero de 2000 como el 1 de enero de 2001. Por lo pronto esperamos que todos nuestros lectores tengan un buen año 1999.


Esperanza Carrasco Licea & Alberto Carramiñana Alonso
Diario Síntesis, 12 de enero de 1999

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