Un desarrollo científico que emerge
de las raíces ancestrales Mexicanas explica la
magnitud de los conocimientos que tuvieron nuestros antepasados
autóctonos, y el cómo fue posible que hicieran
cálculos tan exactos de la cosmogonía universal.
Este desarrollo es el Nepohualtzintzin, que es una computadora
prehispánica, cuya concepción engloba no
sólo el cálculo matemático, sino
que también interpretaciones astronómicas
y de gestación. El Nepohualtzintzin es un instrumento,
similar al ábaco o soroban, que sirve para hacer
cálculos aritméticos y matemáticos.
Cuando se conoce el manejo de estos dispositivos es posible
hacer tanto operaciones básicas (suma, resta, multiplicación
y división) como operaciones complejas como raíces,
potencias y operaciones de calculo integral y diferencial.
La principal diferencia entre estos dispositivos es que
el ábaco se basa en el sistema numérico
decimal (base 10) y el Nepohualtzintzin en un sistema
vigesimal (base 20).
La palabra Nepohualtzintzin viene del Nahuatl y se forma
de las palabras; Ne –personal-; pohual o pohualli
–la cuenta-; y tzintzin –pequeños elementos
semejantes. Y su significado completo se toma como; cuentas
de pequeños elementos semejantes por alguien. Su
uso era enseñado en el Kalmekak a los temalpouhkeh,
dedicados a llevar las cuentas de los cielos, desde niños.
Desgraciadamente el Nepohualtzintzin y su enseñanza
estuvieron entre las víctimas de la destrucción
conquistadora, al atribuirles origen diabólico
después de observar sus tremendas propiedades de
representación, precisión y velocidad de
cálculo. El Nepohualtzintzin fue una de las víctimas
culturales de la paranoia evangelizadora de la conquista.
Pero ahora sabemos con certidumbre que no sólo
no fue un instrumento inducido por el demonio en la mente
de nuestros ancestros, sino que es una muestra palpable
del gran desarrollo científico y tecnológico
que ya tenían en esos tiempos la mayoría
de las culturas autóctonas.
Como soporte para asegurar que el Nepohualtzintzin no
fue un producto de la casualidad, se puede mencionar en
primer lugar el uso del sistema vigésimal (base
20) como el sistema numérico básico. Esto
se debe a que para nuestros antepasados era completamente
natural el conteo de 20 en 20, ya que el uso de huaraches
les permitía utilizar también los dedos
de los pies para sus cálculos. De esta manera,
la cuenta de 20 significaba así mismo un ser completo.
Se puede mencionar además el ingenioso arreglo
dado a este dispositivo, ya que cuenta con dos partes
principales separadas por una barra o cuerda intermedia.
En la parte izquierda se tienen cuatro cuentas, que en
la primera hilera tienen valores unitarios (1, 2, 3, y
4), y del lado derecho hay tres cuentas con valores de
5, 10, y 15 respectivamente. Para conocer el valor de
las cuentas respectivas de las hileras superiores, basta
con multiplicar por 20 (por cada hilera), el valor de
la cuenta correspondiente en la primera hilera.
Y de aquí surge la parte más sorprendente
del concepto integral del Nepohualtzintzin. En total se
tienen 13 hileras con 7 cuentas cada una, lo que hace
91 cuentas por cada Nepohualtzintzin. Este es un número
básico para entender la estrecha relación
que se tenía entre las cuentas exactas y los fenómenos
de la vida. Esto es por que un Nepohualtzintzin (91) es
el número de días que dura una estación
del año, dos nepohualtzitzin (182) es el número
de días del ciclo del maíz, desde su siembra
hasta su cosecha, tres Nepohualtzintzin (273) es el numero
de días de gestación de un bebe, y cuatro
Nepohualtzintzin completan un ciclo y forman un año.
Cabe mencionar que en el Nepohualtzintzin se pueden calcular
cantidades en el rango de 10 a la 18, con punto flotante,
lo que permite hacer cálculos tanto estelares como
infinitesimales con absoluta precisión. Esta serie
de datos nos permite inferir el alto nivel científico-matemático
que lograron alcanzar nuestros antepasados para desarrollar
un dispositivo de esta naturaleza, muchos años
antes de la llegada de los conquistadores.
El redescubrimiento del Nepohualtzintzin se debe al maestro
David Esparza Hidalgo quien en sus correrías por
todo el país ha encontrado diversos grabados y
pinturas de este instrumento y ha reconstruido varios
hechos de oro, jade, incrustaciones de concha, etc. Se
han encontrado Nepohualtzintzin muy antiguos que se atribuyen
a la cultura Olmeca, e incluso algunos de pulsera de origen
Maya, así como una diversidad de formas y materiales
en otras culturas. Esto nos da una idea de las épocas
tan tempranas en que ya se tenían los conocimientos
suficientes para idear y manejar un dispositivo de tal
complejidad, así como de la extensión de
su uso en las actividades diarias.
Es necesario mencionar que se han escrito algunos ensayos
y ponencias que resaltan la importancia que pudiera tener
la enseñanza del manejo del Nepohualtzintzin en
la educación infantil y en la computación.
Esto se debe a que en su manejo se requiere llevar un
proceso mental activo, muy diferente al de aprenderse
las tablas de multiplicar de memoria, lo que estimula
la capacidad tanto de cálculo, como de memoria
y de abstracción. A este respecto, y como referencia,
quiero destacar el ejemplo de Japón donde el uso
del Soroban (ábaco) es enseñado durante
seis años en las escuelas primarias, y se prohíbe
el uso de calculadoras en la primaria y secundaria, a
pesar de ser el mayor productor de ellas. Es sabido que
el Soroban es utilizado diariamente en bancos, comercios
y todo tipo de empresas donde se exige contabilidad de
gran precisión, en Japón, Rusia y otros
países orientales. Y hay quienes atribuyen la gran
capacidad de desarrollo tecnológico de los orientales
a las habilidades mentales adquiridas con la enseñanza
de este tipo de herramienta mental. Como punto de reflexión,
sólo quisiera hacer notar que el Soroban fue introducido
al Japón por los misioneros católicos que
habían aprendido su uso en China, hace aproximadamente
450 años, que es prácticamente el tiempo
que nosotros tenemos de desconocer al Nepohualtzintzin.
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