La Tierra, el planeta vivo


La Tierra es desde varios puntos de vista un planeta especial. Nuestro planeta es el único lugar del Universo donde hemos encontrado vida. Es también el único que tiene agua líquida en grandes cantidades; Venus y Mercurio son demasiados calientes, mientras que los demás son demasiados fríos. Visto desde el espacio nuestro planeta se ve predominantemente azul, ya que los oceanos cubren mas de dos tercios de la superficie de nuestro planeta. Además de formar los mares, una fracción importante del agua de nuestro planeta se haya en estado gaseoso, formando nubes, o en estado sólido, principalmente en la Antártida. No ha faltado quién note que nuestro planeta bién podría llamarse el planeta "agua".

La Tierra también se destaca en el sistema solar por la intensa actividad de su superficie: en contraste con los demás planetas, la Tierra regenera constamente su superficie. Por un lado la actividad volcánica, que se da en muy pocos objetos de nuestro sistema solar, hace que material del interior de la Tierra salga a su superficie, principalmente en forma de lava. Por otro lado, tenemos los terremotos que se producen por el choque de las placas tectónicas en que está dividida la superficie terrestre. La corteza terrestre esta separada en distintos pedazos, similares a los gajos de un balón de futbol (aunque todos de distinta forma y tamaño) y las zonas de unión ("las costuras" del balón) forman lo que se conoce como fallas sísmicas. El calor del interior de nuestro planeta, que se halla a mas de 4000 grados centígrados, hace que estas placas tectónicas esten en movimiento constante. Los terremotos se producen en las fallas sísmicas que son justo donde una placa empuja a la otra. En el transcurso del tiempo las placas se van moviendo y llevandose con ellas los distintos continentes. Así, América del Sur y Africa se separan unos cuantos milímetros cada año. De la misma forma hace "tan solo" 60 millones de años, la India se hallaba separada del resto de Asia por algunos miles kilómetros. Al moverse hacia el norte, chocó contra la masa continental asiática, y al "arrugarla" en el choque nació la cadena montañosa de los Himalayas.

La superficie de la Tierra se transforma no solo por su actividad interna. Los vientos y rios suman sus esfuerzos para mover material y erosionar la superficie. Un ejemplo de esto son los profundos cañones que forman los rios al transcurrir el tiempo, como por el ejemplo el del Sumidero en Chiapas. Pero los rios también pueden crear nuevas superficies donde antes solo había mar, al depositar sedimentos en sus desembocaduras, como lo hace por ejemplo el rio Mississippi en el Golfo de México.

En comparación con la mayoría de los planetas y satélites mayores del sistema solar la Tierra tiene mucha actividad. No hemos detectado por ejemplo que la superficie de la Luna, Venus, Marte o Mercurio se regenere como la nuestra. Ningún objeto tiene mares y rios como los nuestros, ni continentes que se mueven a la deriva, chocando unos con otros. Por esto podemos pensar, independientemente de la presencia del hombre, los animales y las demás manifestaciones de vida, la Tierra es un planeta vivo.


Esperanza Carrasco Licea & Alberto Carramiñana Alonso
Diario Síntesis, 23 de Abríl de 1996