Rafagas Solares
Introducción:
La observación y estudio de las ráfagas
solares ha tenido un desarrollo lento pero sostenido, desde
que fueron descubiertas a mediados del siglo XIX por Carrington.
Para principios del siglo XX ya se encontraban en operación
los primeros Heliógrafos que observaban al Sol rutinariamente
en H-alfa mostrando que las ráfagas solares son mucho
más frecuentes de lo que se puede observar en el visible.
Además, se encontró que su número crece
y decrece de forma similar al número de manchas durante
el ciclo de actividad de 11 años.
Después de la segunda guerra mundial,
el Sol se empezó a observar con radiotelescopios y
se encontró una actividad muy variada asociada a las
ráfagas. En la Fig. 2 se muestra una imagen de la región
en la que tuvo lugar una ráfaga el 7 de septiembre
de 1992 y que fue registrada en el observatorio japonés
Nobeyama a una frecuencia de 17 GHz (Takano et al. 1996).
La máxima resolución temporal
de Nobeyama es aproximadamente de 3 décimás
de segundo, y como se ve en la Fig. 2, los cambios en el brillo
se dan a escalas temporales mucho menores.
Existe un gran número de estudios
de actividad solar en longitudes de onda de radio. Los más
antiguos se hicieron a longitudes de ondas métricas
y decimétricas y se fueron extendiendo poco a poco
hacia los extremos inferior (kilométrico) y superior
(milimétrico) en los que la atmósfera Terrestre
ya no es tan transparente como para la parte central del espectro
de radio.
A partir de los años 60s del siglo
pasado se fueron extendiendo las posibilidades de observar
al Sol en longitudes de onda que no penetran la atmósfera,
usando globos, cohetes y satélites artificiales. Las
observaciones coronales de alta temperatura como los rayos
X y el ultravioleta han ayudado al estudio de las ráfagas
solares. En el extremo de alta energía contamos con
observaciones del satélite RHESSI (Reuven Ramati High
Energy Solar Spectroscopic Imager) que utiliza técnicas
interferométricas para crear imágenes solares
en Rayos X de alta energía y rayos gama. La Fig. 3
muestra la posición de las fuentes de emisión
de fotones de rayos X y de rayos gama durante el evento del
23 de julio del 2002 (Lin et al. 2003) superpuestos a una
imagen de los tubos de flujo observada en UVE (ultravioleta
extremo) de TRACE.
En el extremo de las grandes longitudes de
onda contamos con observaciones del experimento WAVES que
se encuentra a bordo del satélite WIND. A esas longitudes
de onda se pueden ver los efectos de las ráfagas solares
desde la corona hasta el medio interplanetario a la altura
de la Tierra.
Teoría:
El conocimiento actual sobre las ráfagas
solares se puede simplificar siguiendo uno de los modelos
propuestos. Una simplificación hecha por Hanaoka (1999)
se puede ver en la Fig. 4. En este caso se propone la interacción
de dos arcos coronales para la creación de una hoja
de corriente en la que se aceleran partículas que adquieren
gran energía y se mueven siguiendo las líneas
de campo magnético.
Las partículas que se dirigen a la
fotosfera colisionan con las partículas del medio depositando
su energía en diferentes capas de la atmósfera
solar. Si la energía es alta llegan hasta la base de
la fotosfera y sus efectos se pueden ver en un abrillantamiento
en luz blanca. Cuando la energía es menor, el abrillantamiento
solo se ve en la cromosfera. Al calentarse, el material sube
por los tubos de flujo magnético (evaporación)
y es posible verlo en emisiones de ultravioleta y rayos X
de baja energía. Las partículas de más
alta energía al colisionar emiten rayos X de alta energía
y rayos gama producto de interacciones nucleares. Por otra
parte, los electrones que se mueven a lo largo de las líneas
de flujo radian en longitudes de onda de radio que dependen
de la altura a la que se encuentran, por ejemplo a 17 GHz
la emisión proviene de la parte baja de la zona de
transición Cromosfera-Corona. Cuando las partículas
aceleradas encuentran líneas de campo abiertas salen
hacia el espacio interplanetario emitiendo en longitudes de
onda de radio cada vez más grandes, desde metros hasta
kilómetros. Cuando las circunstancias son adecuadas
se observan in-situ como eventos de partículas solares.
El escenario descrito es generalmente similar
en todos los modelos de ráfagas solares y solo varía
en los detalles. Podemos decir que el proceso está
relativamente bien entendido. Sin embargo, solamente hemos
hablado de las manifestaciones secundarias del proceso, es
decir, todos los procesos mencionados corresponden a la evolución
de las partículas una vez que son energetizadas. No
hemos mencionado el proceso mismo de energetización.
En general se acepta que la energía
de una ráfaga (10x 10 exp 32 ergs) proviene de la energía
magnética. De hecho el campo magnético es la
única fuente que puede contener la energía necesaria
para una ráfaga. Sin embargo, hay varios problemas
con los procesos involucrados en el almacenamiento, transporte,
desestabilización y liberación de energía
que no se han podido resolver hasta el momento. Esto se debe
principalmente a la falta de observaciones detalladas del
proceso mismo de liberación primaria de energía.
Las emisiones de alta energía como los rayos X y los
rayos gama reflejan mejor los procesos de liberación
primaria de energía pero hasta hace poco tiempo no
contábamos con información detallada del posicionamiento
de dichas emisiones. Actualmente el satélite RHESSI
es capaz de generar mapas de las fuentes de emisión
de fotones de alta energía.
Observaciones del sol en longitudes
de onda milimétricas:
Las observaciones solares rutinarias cubren
prácticamente todo el espectro electromagnético
con excepción de las bandas milimétrica y submilimétrica
o del infrarrojo lejano. Solamente existe un telescopio solar
milimétrico ubicado en Sudamérica. Hay algunos
otros observatorios milimétricos en el mundo pero no
son dedicados al Sol.
Lindsey et al. (1990, 1995) y Lindsey y Roellig
(1991) usaron el "James Clerk Maxwell Telescope"
(JCMT), Bastian et al. (1993) usaron el "Caltech Submillimeter
Observatory" (CSO) y Kundu and Gergely (1973) quienes
hicieron observaciones de polarización circular de
la emisión mm de regiones activas el telescopio de
11 m de Kitt Peak. Esto último es importante puesto
que las observaciones de radio son hasta el momento, las únicas
que pueden dar información directa del campo magnético
en gran parte de la atmósfera solar.
Durante las ráfagas, los electrones
son acelerados a energías relativistas y al girar alrededor
de las líneas de campo emiten radiación (no
térmica) sincrotrónica. Esta radiación
se emite en armónicos de orden grande de la frecuencia
giro magnético. Por otro lado, aunque no se han observado,
se espera que algunos iones coronales emitan líneas
espectrales en el espectro milimétrico.
Los estudios de sol “quieto”
son relativamente fáciles de llevar a cabo en cuanto
a que no se necesita un telescopio solar, sino que es posible
obtener tiempo de observación en telescopios generales
y observar durante poco tiempo. En realidad el telescopio
general debe estar diseñado para soportar el relativamente
alto flujo solar. En contraste, para estudiar las ráfagas
y otros fenómenos transitorios, es necesario tener
instrumentos dedicados a la observación solar por lo
menos unas cuantas horas al día. Es por ésta
razón que las observaciones y estudios de ráfagas
solares en longitudes de onda mm y sub-mm son escasos. Algunos
de los primeros estudios son mencionados por Kaufmann et al.
(1986). Actualmente solamente existe un telescopio solar en
longitudes mm (el Solar Submillimeter Wave Telescope, SST)
que se encuentra en El Leoncito, en la frontera entre Chile
y Argentina. El SST observa a 212 y a 405 GHz (Raulin et al.
2003).
Las posibilidades de estudio de ráfagas
solares en longitudes de onda mm han sido muy limitadas debido
principalmente a la falta de observatorios dedicados al Sol
en esas longitudes de onda. En este proyecto proponemos construir
un observatorio que ayudará a cubrir el hueco de alta
frecuencia (mm) en el espectro solar.
El rt5 en las observaciones del Sol:
El observatorio que estamos construyendo
cubrirá algunas frecuencias más bajas que las
de SST. Los dos telescopios tendrán observaciones simultáneas
algunas horas al día y por lo tanto podremos realizar
estudios más detallados del espectro de energía
de los electrones relativistas acelerados durante la fase
impulsiva de las ráfagas solares. Como ejemplo, presentamos
dos de las preguntas fundamentales sobre las ráfagas
que permanecen abiertas y que nosotros seremos capaces de
responder. Estas son:
1.- ¿En dónde son acelerados
los electrones?
Las emisiones en longitudes de onda de radio
dependen en gran medida de las condiciones del medio ambiente
en el que se generan y por el que pasan. De tal forma que
observando una fuente en varias frecuencias de radio se puede
determinar con gran precisión su densidad, temperatura
y campo magnético. Más aun, usando observaciones
en otras longitudes de onda y con diferentes resoluciones
espaciales y/o temporales, seremos capaces de determinar la
región específica del arco coronal. Si es en
la parte alta (en donde hay mayor temperatura, menor campo
magnético y densidad) o en las regiones más
bajas del arco en dónde la temperatura va disminuyendo
y la densidad y campo magnético van aumentando gradualmente
conforme disminuye la altura.
Es importante señalar que la mayoría
de las imágenes disponibles (por ejemplo en rayos X
y EUV) son emitidas por fuentes óptimamente delgadas,
de tal forma que la imagen es la proyección en el plano
del cielo de la suma de todos los elementos que se encuentran
a lo largo de la línea de visión. Por lo tanto
resulta casi imposible determinar el lugar preciso de aceleración
primaria. En el caso de longitudes de onda mm se tiene la
ventaja de que la opacidad es muy baja desde la fuente hasta
la atmósfera baja de la Tierra, de tal forma que el
exceso de flujo observado durante una ráfaga es debido
a los electrones acelerados en el lugar de liberación
de energía.
Con el RT5 podremos observar la emisión
girosincrotrónica de electrones de alta energía
(MeV) que son acelerados en el sitio de liberación
primaria de energía. Usando un modelo de densidad podremos
determinar la altura de emisión, combinando esta información
con imágenes coronales de alta resolución espacial.
Seremos capaces de determinar con gran precisión el
lugar de aceleración primaria. Esta información
es de suma importancia para determinar cual es el modelo más
adecuado para las ráfagas.
2.- ¿Cuál es la relación
entre las emisiones de alta energía de la atmósfera
solar y las partículas energéticas observadas
"in situ" durante una ráfaga?
Durante la ráfaga se aceleran partículas
a energías relativistas, algunas de ellas se precipitan
y otras logran escapar hacia el medio interplanetario y pueden
ser detectadas por las naves espaciales. Los espectros de
energía se pueden calcular para ambas poblaciones de
partículas y en principio deberían de ser similares.
Desafortunadamente las observaciones muestran que no es así.
En la mayor parte de los casos los espectros son diferentes
y no contamos con un modelo que explique adecuadamente esas
diferencias.
El RT5 observará los electrones de
alta energía antes de precipitarse o de salir al medio
interplanetario (también tendremos una componente de
electrones atrapados en los tubos de flujo magnético).
Esto quiere decir que el RT5 nos proporcionará información
de los electrones en una etapa intermedia entre la fuente
de aceleración y las capas densas y entre la fuente
de aceleración y el medio interplanetario. Con esto
seremos capaces de construir un modelo adecuado del transporte
de las partículas aceleradas en la corona baja y determinar
la relación entre las dos poblaciones observadas (en
la corona baja e "in situ"). Por otra parte, nosotros
pretendemos tener observaciones de polarización lo
que nos permitiría cuantificar el campo magnético
en el lugar mismo de liberación de energía y
por lo tanto podremos apoyar, descartar o proponer modelos
de ráfagas solares y de topología magnética
en la corona baja y zona de transición.
Actualmente no es posible medir polarización
en un instrumento dedicado a observaciones solares en altas
frecuencias. Por lo tanto, el RT5 será un instrumento
único en el mundo para realizar este tipo de estudios.
Finalmente, el estudio del proceso de liberación de
energía en las ráfagas solares permitirá
entender mejor los procesos similares que ocurren en otros
objetos celestes tales como estrellas ráfaga, pulsares,
Quasares, etc. En ese sentido el Sol sigue siendo un laboratorio
a nuestro alcance que puede coadyuvar en mucho para resolver
problemas de la Astronomía moderna.
Referencias:
Bastian, T.S., Ewell, M.W., Zirin, H.: 1993,
ApJ 415, 364.
Hanaoka, Y., PASJ 51, 483, 1999.
Kaufmann, P., Correia, E., Costa, J.E.R., Zodi Vaz, A.M.:
1986, A&A 157, 11 . Kundu, M., Gergely, T.: 1973, SoPh
31, 461 R. P.
Lin, S. Krucker, G. J. Hurford, D. M. Smith, H. S. Hudson,
G. D. Holman, R. A.
Schwartz, B. R. Dennis, G. H. Share, R. J. Murphy, A. G. Emslie,
C. Johns-
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2003.
Lindsey, C., Kopp, G., Becklin, E.E., Roellig, T., Werner,
M.W., Jef-feries, J.T.,
Orrall, F.Q., Braun, D., Mickey, D.L.: 1990, ApJ 350, 475.
Lindsey, C.A., Roellig, T.L.: 1991, ApJ 375, 414
Lindsey, C., Kopp, G., Clark, T.A., Watt, G.: 1995, ApJ 453,
511.
Raulin, Jean-Pierre; Kaufmann, Pierre; Giménez de Castro,
Carlos G.; Pacini,
Alessandra A.; Makhmutov, Vladimir S.; Levato, Hugo; Rovira,
Marta,
The Astrophysical Journal, Volume 592, Issue 1, pp. 580-589.
Takano, T. et al., 1996, Proc. of IAU Colloq. 153, p.569 |
Máseres Cósmicos
Introducción :
Las estrellas en sus últimas etapas de vida (conocidas
como estrellas tardías) pierden grandes cantidades
de material formando una envolvente de gas y polvo. Esta envolvente
está compuesta por diversas capas en las que se forman
varias moléculas que producen emisión maser
en longitudes de onda centimétricas y milimétricas.
De acuerdo al conocimiento actual de las
envolventes de gigantes rojas, los maseres de SiO están
en una envolvente más cercana a la estrella que la
de maseres de H2O. La tasa de pérdida de masa y los
flujos de SiO no muestran una correlación alta (Nyman
and Olofsson, 1986). El rango de velocidades de las fuentes
de SiO es pequeño (~ 10 km/s) y no parece estar correlacionado
con la velocidad de expansión de la envolvente (Elitzur
1992). Estos resultados parecen indicar que la expansión
de la envolvente y los maseres de SiO no tienen una estrecha
relación.
El hecho de que el rango de velocidades de
SiO sea pequeño y muy similar entre las envolventes
de diferentes estrellas parece indicar que la velocidad de
expansión es determinada en regiones más distantes.
El maser de SiO se localiza por debajo de la capa de formación
del polvo así que la velocidad de la capa de SiO no
depende de la presión de radiación sobre el
polvo. A pesar de esto, el grosor óptico del polvo
depende del estado evolutivo del maser de SiO el cual, en
estrellas tipo Mira, se puede estimar con la curva de luz
de la estrella (Stencel et al. 1990). De acuerdo a Lewis (1989)
algunas fuentes que actualmente tienen maser de H2O están
próximas a perderla. Un seguimiento de los flujos de
H2O y SiO y observaciones en el IR de estas fuentes permitiría
encontrar las condiciones en las regiones próximas
a las estrellas así como identificar los procesos físicos
que llevan a la transición entre estas dos etapas evolutivas
de la envolvente.
Los maseres de SiO representan una sonda
ubicada muy cercana la fotosfera de la estrella y que además
es sensible al campo magnético. Por lo tanto los maseres
de SiO son una herramienta para ver el comportamiento del
gas y del campo magnético en esas regiones tan próximas
a la estrella. Algunos resultados muestran que los flujos
de los maseres de SiO repiten las variaciones de la curva
de luz de la estrella central con un máximo en la densidad
de flujo que se registra en una época de observaciones
(Gómez-Balboa, A.M. and Lepine, 1986, Nyman and Olofsson,
1986). Probablemente esto se debe al paso de la onda de choque
producida por la estrella central.
Las observaciones de maseres de SiO no han
sido tan regulares como las de H2O (Rudnitskij et al. 2000,
Lekht et al. 2001) y solo para algunas cuantas fuentes se
han determinado los retrasos de la curva de flujo de SiO en
relación a la curva de luz de la estrella. Por otro
lado, mediciones de la polarización de maseres de SiO
muestran que maseres individuales agrupados espacialmente
tienen polarizaciones muy similares entre sí. Además,
la polarización de un grupo difiere de la de otros
grupos separados de él espacialmente (Elitzur 1992).
Las fuentes de SiO en envolventes de estrellas
tardías se encuentran en distribuciones muy compactas
(Cohen 1989). Solo se han podido estudiar con base en observaciones
de VLBI y por ello se ha estudiado la distribución
espacial de pocas fuentes. Además, en la mayoría
de los casos solo se ha observado la distribución en
una sola fase de la curva de luz (Phillips et al. 2003 y literatura
ahí mencionada). Debido a esto, se han estudiado los
efectos de las ondas de choque en las zonas más próximas
a la fotosfera en solo dos o tres casos encontrándose
que la zona de emisión no solo se expande sino que
también se contrae (Diamond and Kemball, 1999). Estas
contracciones bien podrían deberse a que las condiciones
para la emisión maser se trasladan a regiones mas internas
de la envolvente mientras que en las regiones externas el
maser se apaga.
Cambios en las condiciones físicas
podrían conducir a la incorporación del silicio
a los granos de polvo y entonces existe la posibilidad de
que las contracciones produzcan variaciones particulares a
distancias mayores de la envolvente (como a veces se observan
en las componentes de H2O). En los espectros de H2O hemos
observado que la deriva de las componentes espectrales puede
dar información sobre movimientos radiales (respecto
de la estrella). Por lo tanto el estudio de dicha deriva puede
ayudar (a pesar de no contar con alta resolución espacial)
a identificar esos movimientos.
Observaciones con el RT5:
En este proyecto nos proponemos hacer observaciones
regulares de fuentes de SiO en una longitud de onda de 7 mm.
El objetivo es observar líneas de la transición
rotacional J=1-0 en los estados vibracionales v=1,2,3 cuyas
frecuencias en reposo son: 42519.373 MHz ( J=1-0 v=3), 42820.582
MHz ( J=1-0 v=2) y 43122.079 MHz (J=1-0 v=1). Después
de la primera etapa también planeamos observar la línea
térmica del estado vibracional base en 43423.864 MHz
la cual da información sobre la velocidad radial de
la estrella y de la velocidad de expansión de la envolvente
a partir del ancho de la línea.
Pensamos incluir en el programa de observación
todas los estrellas variables (gigantes rojas de tipo espectral
M y S) detectables con tiempos de integración de ~1
hora con el RT5. Esta muestra incluye muchos objetos en común
con la muestra que se ha venido monitoreando desde 1980 con
el radiotelescopio de Pushchino (RT 22). De esta manera se
obtendrán series paralelas de observaciones en líneas
de SiO y de H2O. Si el retraso de la curva de flujo de SiO
es debido al tiempo que le toma a la onda de choque en llegar
a la zona de emisión entonces dicho retraso tiene que
ser menor para la curva de flujo de SiO que para la de H2O.
Con base en mediciones de estos retrasos podemos estimar la
velocidad de la onda de choque causada por las pulsaciones
de la estrella. Además, las líneas de diferentes
estados vibracionales (v=1,2,3) tienen diferentes energías
de excitación y por lo tanto las regiones en las que
se generan están a diferentes distancias de la fotosfera.
Del estudio de los retrasos medidos para
estas líneas podremos estimar la velocidad de la onda
de choque en esta región. Combinando este resultado
con el medido para H2O podremos estimar las variaciones en
la velocidad de la onda de choque desde la región más
próxima (SiO) hasta la de H2O. Esto solo se puede hacer
con base en observaciones regulares con intervalos de tiempo
cortos entre observaciones subsecuentes de una misma fuente.
El estudio de la polarización de los
espectros de los maseres de SiO permitirá estudiar
el comportamiento de las diferentes zonas de la envolvente
durante el paso de una onda de choque. Con esto se podrán
estudiar los efectos de la onda de choque en diferentes regiones
de la envolvente en las proximidades de la estrella.
Debido a que durante los primeros años
el RT5 estará dedicado prácticamente a observar
SiO y al Sol es posible tener el tiempo de observación
necesario para poder medir las variaciones de los máseres
de SiO con intervalos de tiempo tan pequeños como ~1
semana. El monitoreo de fuentes de SiO se ha hecho, hasta
ahora, con intervalos de tiempo de varios meses (Glenn et
al. 2003) con lo cual la incertidumbre en el tiempo de retraso
no permite identificar diferencias entre el retraso de SiO
y el de H2O. El monitoreo con intervalos pequeños podría,
incluso, ayudar a identificar mejor los máximos del
flujo en casos en los que parece no haber retraso.
Cerca de 50 objetos del catálogo de
fuentes de SiO de Engels and Heske (1989) podrán ser
observadas. La mayor parte de ellas también se observan
en H2O con el radiotelescopio de Pushchino, Rusia (RT22) (U
Ori, R Aql, RR Aql, R Cas y otras). La muestra también
incluye estrellas clase S (X Cyg, T Cep, T Cas) y estrellas
clase M, cuyas líneas en H2O son débiles pero
intensas en SiO. También se van a incluir algunos objetos
que son visibles desde México pero no se pueden observar
desde Pushchino tales como R Dor, R Hor, R Ret, etc. La fuentes
más intensas de emisión maser en las líneas
J= 1-0 v=1,2 (o Cet, R Cas y así como el maser de SiO
en la región de formación estelar Ori A) cuyos
flujos alcanzan miles de Jankys, pueden ser usadas para hacer
radioholografía y caracterizar la antena del GTM. Esta
tarea requiere de un buen conocimiento de los flujos de referencia
lo cual se puede lograr mediante el monitoreo sistemático
de las fuentes.
Referencias:
Cohen R.J., Rep. Progr Phys., 52, 881, 1989.
Diamond, P.J., and Kenball, A.J.; 1999, in IAU Symp. 191,
Asymptotic Giant Branch
Stars, ed. T. Le Bertre, A. Lebre, & C. Waelkens (San
Francisco ASP), 195.
Elitzur, M.,; 1992, Ann. Rev. Astron. Astrophys., 30, 75.
Engels, D., and Heske, A.; 1989, Astron. Astrophys. Suppl.
Ser. 81, 323.
Gómez-Balboa, A.M. and Lepine, J.R.D., Astron. Astrophys.;
1986, 159, 166.
Lekht, E.E., Mendoza-Torres, J.E., Rudnitskij, G.M., Tolmachev,
A.M. ; 2001,
Astronomy and Astrophysics, V. 376, P. 928-940
Lewis ,B.M.,; 1989, ApJ 338, 234.
Nyman L-A and Olofsson H.,; 1986, Astron. Astrophys., 158,
67.
Phillips, R.B., Stranghn, A.H., Doeleman, S.S. and Lonsdale,
C.J.; 2003, ApJ
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Rudnitskij, G.M., Lekht,E.E., Mendoza-Torres, J.E., Pashchenko,
M.I., Berulis,
I.I.,; 2000, Astronomy and Astrophys. Suppl. Ser. V. 146,
P. 385-395.
Stencel, R. E., Nuth, J. A., III, Little-Marenin, I. R., Little,
S. J., 1990,
ApJ(Letteres), 350, L45. |